El Maestro del Siglo XXI: Un requisito importante para un maestro moderno es la disponibilidad de habilidades pedagógicas: la calidad de una persona, expresada en una tendencia a trabajar con los estudiantes, el amor por los niños y el placer de comunicarse con ellos.
Según los resultados de numerosas encuestas, las habilidades principales incluyen vigilancia pedagógica (observación), didáctica, organizacional, expresiva.
Muchos expertos tienden a concluir que la falta de habilidades pronunciadas puede compensarse con el desarrollo de otras cualidades profesionales: trabajo duro, actitud honesta hacia los deberes de uno y trabajo constante sobre uno mismo.
Debemos reconocer las habilidades pedagógicas (talento, vocación, inclinaciones) como un requisito previo importante para el dominio exitoso de la profesión pedagógica, pero de ninguna manera una cualidad profesional decisiva. ¿Cuántos aspirantes para maestros, que tienen inclinaciones sobresalientes, no tuvieron lugar como maestros, y cuántos estudiantes inicialmente disfuncionales ascendieron a las alturas de la habilidad pedagógica? El maestro siempre es un gran trabajador.
Por lo tanto, debemos reconocer sus importantes cualidades profesionales como el trabajo duro, el trabajo duro, la disciplina, la responsabilidad, la capacidad de establecer un objetivo, elegir las formas de lograrlo, la organización, la perseverancia, la mejora sistemática y sistemática de su nivel profesional, el deseo de mejorar constantemente la calidad de su trabajo, etc.
Estamos presenciando una notable transformación de las instituciones educativas en instituciones industriales que brindan servicios educativos a la población, donde existen planes, contratos y se está desarrollando la competencia, un compañero inevitable de las relaciones de mercado. En estas condiciones, aquellas cualidades de un maestro que se convierten en prerrequisitos profesionalmente significativos para crear relaciones favorables en el proceso educativo son de particular importancia.
Entre ellos se encuentran la humanidad, la amabilidad, la paciencia, la decencia, la honestidad, la responsabilidad, la justicia, el compromiso, la objetividad, la generosidad, el respeto por las personas, la alta moralidad, el optimismo, el equilibrio emocional, la necesidad de comunicación, el interés en la vida de los alumnos, la amabilidad, la autocrítica, la amabilidad, moderación, dignidad, patriotismo, receptividad basada en principios, cultura emocional, etc.
La calidad requerida por el profesor es el humanismo, es decir actitud hacia una persona en crecimiento como el valor más alto en la tierra, la expresión de esta relación en hechos y acciones concretas. La humanidad se compone de interés en una persona, simpatía por ella, ayuda, respeto por su opinión, conocimiento de las características del desarrollo, altas demandas en actividades educativas y preocupación por su desarrollo.
Los alumnos ven estas manifestaciones, las siguen primero inconscientemente, ganando con el tiempo la experiencia de una actitud humana hacia las personas. altas demandas de actividades de aprendizaje y preocupaciones sobre su desarrollo. Los alumnos ven estas manifestaciones, las siguen primero inconscientemente, ganando con el tiempo la experiencia de una actitud humana hacia las personas. altas demandas de actividades de aprendizaje y preocupaciones sobre su desarrollo.
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